Para avanzar en nuestra propuesta hay que empezar por lo obvio, la lectura, la relación del lector con el texto, sustento fenomenológico del fenómeno literario. Decía Steiner que le gustaría ser recordado como un maestro de lectura, como alguien que ha pasado su vida leyendo con los demás. De eso se trata. Una lectura responsable, que exige una respuesta, la búsqueda de un sentido que no puede quedar reducido a la textualidad. Como dice Hartman (1984), el acto de la lectura incluye signos no-verbales. La obra artística verbal no es sólo lenguaje, como las pinturas de Goya no son sólo materia, colores, pigmentos, formas,... No abominamos del positivismo pero tampoco queremos reducir el sentido de un texto, restringir su interpretación a su inmanencia.
La cultura occidental ha dejado de ser esencial para el desarrollo del mundo, ha perdido la fuerza intelectual y moral que tenía. No somos el centro del globo. Debemos abrirnos a la pluralidad y a la riqueza que supone el mestizaje cultural. La autoridad canónica se tambalea. No hay que apuntalarla sino derribarla definitivamente.
Tampoco podemos proponer un modelo de cultura, sustituir un paradigma por otro. En todo caso, defendemos la idea de una educación centrada en el humanismo, la recuperación de las ideas pedagógicas de Giner de los Ríos, de José María de Cossío, del krausismo, que hicieron brillar la vida intelectual de nuestro país. La educación sigue siendo la mejor herramienta para alcanzar un nuevo objetivo: el acceso de toda la humanidad al conocimiento en una sociedad planetaria futura. Las diferencias entre los grupos sociales no deben entenderse como fronteras culturales o políticas sino como puentes a través de los cuales se comunica y comparte la diversidad humana. Es cierto que una mayor educación no garantiza el desarrollo racional y estable de un pueblo pero es una herramienta poderosísima de avance social. Queremos desarrollar una crítica dialógica (Todorov, 1984) que explique la teoría literaria y el texto artístico, una crítica cuyo objetivo resida en ir más allá de la oposición entre dogmatismo y escepticismo, sin rechazar los acercamientos inmanentes pero intentando trascenderlos mediante la búsqueda del sentido que tiene para cada uno de nosotros el milagro de la creación estética, en diálogo permanente con el autor y los futuros lectores del texto literario y de su comentario.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
HARTMAN, Geoffrey (1984). El estilo de la crítica: Geoffrey Hartman. Entrevista de Carlos Cañeque en Cuadernos del Norte, 26, 46-49.
STEINER, George (1971). En el castillo de Barba Azul. Aproximación a un nuevo concepto de cultura. Gedisa, 1991.
TODOROV, Tzvetan (1984). Crítica de la crítica. Paidós, 1991.
WAHNÓN BENSUSAN, Sultana (1991). Saber literario y hermenéutica. En defensa de la interpretación. Universidad de Granada.
ZAVALA, Iris M. (1996). El Canon y Harold Bloom. En Quimera, 145, 49-54.